Tres días muy especiales en Baiona

Una escapada a Baiona es siempre un buen plan. Aunque es un pueblo pequeño, tiene muchas opciones para disfrutar del ocio, tanto en el mismo pueblo como en sus alrededores. Esto es especialmente así en verano, cuando la villa se llena de visitantes y su población alcanza los máximos. Disfrutar durante el verano de Baiona es la mejor de las opciones porque es cuando se disfrutará de este lugar en todo su esplendor.

Para el primer día proponemos dar un paseo por el casco viejo para ir haciéndonos una idea de qué ofrece el pueblo. Podemos parar a desayunar en alguna cafetería del paseo principal y disfrutar de las vistas desde la zona del Parador. El Parador es una visita obligada para quienes van a Baiona ya que cuenta con un excelente restaurante. Puede ser una buena opción haber reservado mesa para comer allí el primer día mientras se disfruta de las vistas de la Ría.

A la tarde, podemos coger el coche y explorar la llamada Serra da Groba. Aquí encontraremos diferentes miradores para sacar fotos increíbles que, en un día con mucha luz, puede permitirnos ver buena parte de las Rías Baixas. Tras el paseo, podemos tomar la carretera de la costa para recorrer el tramo entre Baiona y La Guardia y disfrutar de diferentes puntos en los que se puede parar para ver el mar.

El segundo día en Baiona puede reservarse para hacer la ruta baiona islas cies en barco. Se puede salir por la mañana y volver al mediodía o a la tarde-noche. En las Cíes el mejor plan es disfrutar de la playa y comer en el restaurante del camping. Si te gusta mucho la playa puedes reservar el día entero para esto, pero recuerda que tienes que tener un permiso para ir a las Cíes ya que el número de visitantes está limitado. Este permiso se consigue a través de la Xunta, en una Web habilitada para ello.

El último día en Baiona puedes aprovecharlo para disfrutar de su gastronomía. Pasa la mañana disfrutando de nuevo del ambiente del pueblo y come en alguno de sus restaurantes. Por la tarde puedes acercarte a Vigo o a Portugal para hacer algunas compras. Y al volver, vuelve a disfrutar de una cena en una terraza mientras miras al mar, para que te quede el mejor recuerdo de tu estancia en este lugar.